Live de Jungkook: «Prueba»

Son las 4:30 de la mañana en Corea del Sur, 13:25 en España y de manera totalmente inesperada, nos suena una notificación en Weverse. Era un live de Jungkook: «Prueba» ese era el nombre del directo. Lo que en principio parecía una simple prueba de micrófono, se convirtió en un vistazo íntimo a su mente creativa, su rutina técnica, sus pensamientos vagos de madrugada… y un espacio cálido con ARMYs

Durante los 30 minutos exactos que duró el live de Jungkook, no cantó una canción completa ni reveló nueva música. No hizo falta. Bastó con escucharlo divagar sobre su nuevo equipo, bromear con ARMY, hacer fallar un intento de cantar, y mostrar su rostro apenas por unos segundos para que miles de corazones enloquecieran.

Una prueba de sonido que se volvió confesión

La transmisión comenzó con una frase simple pero reveladora: “Literalmente solo estoy probando. Compré este micrófono y quería ver si funcionaba bien.” Jungkook explicó cómo intentaba conectar su nuevo equipo a una interfaz, incluyendo un micrófono profesional de estudio, el Shure SM7B, un clásico del audio profesional. Este micrófono, ampliamente utilizado por cantantes, podcasters y streamers, es reconocido por su sonido cálido y claro, ideal para capturar voz hablada y cantada con excelente aislamiento del ruido de fondo.

Sosteniéndolo con ambas manos, como si fuera parte del ritual, Jungkook dijo entre risas: “No estaba tratando de hacer ASMR, solo estoy probando… aunque este micrófono es perfecto para eso también.” Pero pronto se dio cuenta de que la conexión no era tan sencilla. Mientras se debatía entre conectar dispositivos, mover ventanas en su laptop Raptor (una portátil para gaming que, admitió, compró por aburrimiento) y ajustar los volúmenes, se topó con varios obstáculos: “No puedo ajustar los canales. Tal vez si canto desde un poco más lejos… pero no, el balance no es bueno. Esto no va a funcionar.”

Live de Jungkook: «Prueba» entre risas y frustraciones

Uno de los momentos más comentados por ARMY fue cuando Jungkook, como cualquier otro joven adulto, se frustró intentando usar Windows: “¿Qué es esto? ¿Es Windows 11? ¿Por qué cambió así? Hace tiempo que no lo veo… no entiendo nada.” Intentó incluso descargar Weverse para PC, pero casi cae en una trampa de malware: “¡Toqué un anuncio falso! Casi instalo un virus… por favor, saquen una versión oficial para PC.” Y con un tono entre divertido y honesto, propuso que la plataforma permitiera transmisiones más profesionales: “Sería genial poder usar cámara buena, balance de audio real, y tener una pantalla dividida con los comentarios. ¿No creen?”

Insomnio creativo

Más allá de lo técnico, lo que tocó a ARMY fue su honestidad emocional. Jungkook se encontraba en ese estado liminal entre el desvelo y la inspiración, donde el cuerpo pide descanso pero la mente se resiste a callar: “No puedo dormir. Tengo sueño, pero no quiero irme a la cama.” Sin filtros, contó que recién se había duchado, que se le veía “medio aturdido”, y que simplemente encendió el live para no dejar pasar la oportunidad de probar su nuevo micrófono.
Con un solo auricular puesto ,como lo hace en el estudio, mostró a cámara cómo se ve mientras graba, sin luces ni producción: solo él, un micrófono, y sus pensamientos en voz alta.

Aunque muchos esperaban una canción, Jungkook se contuvo. Mencionó que estaba escuchando “Changes” de Justin Bieber, pero las limitaciones técnicas lo disuadieron de cantar en vivo: “Es difícil afinar con este delay. Suena como si estuviera compensado. No es como grabar en estudio… es embarazoso.”

Pero esa vulnerabilidad, esa autoexigencia, fue lo que más conmovió a ARMY. La intención de cantar, incluso sin hacerlo, transmitió el nivel de cuidado que tiene con cada detalle.

Una conversación con ARMY en el Live de Jungkook: «Prueba»

En una de las secciones más espontáneas del live de Jungkook, fué cuando preguntó a ARMY por su edad. Las respuestas fueron tan variadas como entrañables: desde nacidos en 2007 hasta 1977.

“¡Qué diverso! Pero aún así, todos son más jóvenes que yo. Siempre he sido el maknae… el año que viene cumplo 30. Duele un poco.” Se mostró nostálgico, bromista, y reflexivo. Mencionó a Jimin, preguntando si estaría despierto a esa hora. Y cuando el reloj marcó la media hora, cerró con una despedida suave, como un susurro: “Los quiero chicos. Duerman bien, coman bien… nos vemos.”